Dolor de Hombro: Descubriendo las Lesiones del Manguito Rotador
Te han diagnosticado de un problema del manguito? Te contamos varios aspectos que debemos tener en cuenta sobre este grupo de músculos.
Los músculos del manguito de los rotadores no trabajan sincrónicamente de forma independiente en todas las direcciones, sino que se activan asincrónicamente de manera específica en dirección. El infraespinoso y el supraespinoso se activan de manera más fuerte en la flexión del hombro; el subescapular se enfatiza con un mayor grado de extensión (Wattanapra kornkul et al., 2011). La doctrina tradicional según la cual el supraespinoso es el iniciador de la abducción ha sido refutada (Reed et al., 2013).
Los tendones del manguito de los rotadores se fusionan en una estructura común. Por lo tanto, no es posible realizar pruebas aisladas de partes individuales del manguito de los rotadores (Lewis, 2016). Durante la prueba del «empty can» o «full can», además del supraespinoso (al que se atribuye esta función principal), otros 9 músculos están activos de manera similar (Boettcher et al., 2009).
El dolor de hombro en relación con el manguito de los rotadores es, al igual que cualquier otro dolor, multifactorial. El dolor de hombro es un problema de dolor, no un problema estructural aislado. La carga excesiva y mal adaptada (probablemente el factor más importante), la genética, las influencias hormonales, factores del estilo de vida como fumar, consumir alcohol, comorbilidades, nivel de educación, factores bioquímicos y patoanatómicos, sensibilización periférica y central, cambios sensomotores de la corteza cerebral y diversos factores psicosociales entran en juego (Harvie et al., 2004; Magnusson et al., 2007; Dean et Süderlung, 2015; Chester et al., 2016; Dunn et al., 2014; Cook et al., 2015).
Las causas exactas, los mecanismos responsables del dolor, la relación entre el dolor y el daño estructural, la magnitud y el significado del dolor, y la importancia de los procesos inflamatorios son actualmente objeto de una discusión controvertida y de ninguna manera se han aclarado definitivamente (Lewis et al., 2009, 2011, 2015; Scott et al., 2015; Seitz et al., 2011). Al igual que ocurre con la mayoría de los tipos de dolor lumbar, no es posible etiquetarlos como patoanatómicos. Términos como síndrome de dolor subacromial o síndrome de manguito de los rotadores parecen más razonables (Lewis, 2015). Otros autores van más allá y hablan de «dolor generalizado de hombro» (Schellingerhout et al., 2008).
La teoría de Neer (1972, 1983), según la cual un pinzamiento subacromial es responsable de los síntomas y las rupturas del manguito de los rotadores, sigue siendo confusa. Muchos cambios en los tendones no se muestran en el lado acromial, sino en lo profundo del tendón o en el lado articular (Resumen en Lewis, 2011). Una descompresión subacromial no es mejor que la terapia de entrenamiento (Ketola et al., 2013), y una bursectomía aislada mejora la sintomatología de la queja de manera similar a una acromioplastia con bursectomía (Kolk et al., 2017).
Las variantes del acromion podrían ser el resultado de procesos osteofíticos debido a fuerzas de tracción del volumen coracoacro-mial (Chambler et al., 2003) y, por lo tanto, no son variantes morfológicas primarias. La tensión crónica bajo la banda coracoacromial podría ser causada por un aumento en el volumen del tendón del manguito de los rotadores (McCreesh et al., 2014).
Muchos estudios muestran que «patologías» estructurales también se pueden encontrar en hombros completamente asintomáticos (Frost et al., 1999; Girish et al., 2011; Milgrom et al., 1995; Sher et al., 1995). Teniendo en cuenta que las pruebas clínicas se validan frente a técnicas de imagen que «indican» tales cambios, tanto el estándar de oro como las pruebas ortopédicas especiales deben ser cuestionados en gran medida (Hegedus et al., 2011, 2017; Magarey et al., 2015; Ristori et al., 2018). En el mejor de los casos, se pueden describir como pruebas de provocación del dolor.
La cadena clásica de causa y efecto relacionada con la «postura», que a menudo se considera responsable de un fenómeno de pinzamiento (por ejemplo, postura de cabeza adelantada, aumento de la cifosis torácica, desplazamiento hacia adelante de la cintura escapular, posición alterada de la escápula con aumento de la elevación, inclinación anterior, rotación hacia abajo y protracción) no se pudo confirmar para los «pacientes con pinzamiento» (Lewis et al.).
La importancia de la descompresión subacromial ahora se ha aclarado mediante estudios de alta calidad: después de 6 meses y 1 año, la acromioplastia artroscópica no fue mejor que la artroscopia diagnóstica (placebo) o ninguna intervención en absoluto (Beard et al., 2018). Este resultado se confirmó en el ensayo FIMPACT (Paavola et al., 2018).
Recuerda que siempre es recomendable buscar la orientación de un fisioterapeuta u otro profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en tu rutina de tratamiento. Si te han diagnosticado de un problema del manguito en el hombro, contacta con nosotros para tener una valoración y poder, en caso necesario, proponerte un tratamiento.